miércoles, 24 de febrero de 2010
APLOMOS
Los Aplomos La importancia de un buen aparato locomotor
Entre gente de caballos se da mucha importancia a los aplomos, pero también hay mucha confusión en su evaluación y en los términos usados para describirlos.
Cuando se hace un examen de un caballo para comprarlo, o cuando se juzga un individuo en una prueba morfológica, o aun cuando se quiere influir con el herraje en el movimiento del caballo, la observación objetiva de los aplomos y la capacidad de preveer las consecuencias de eventuales anomalías es de importancia primaria. Al fin y al cabo los caballos nos sirven por su capacidad atlética y ésta depende en gran parte de un aparato locomotor integro, durable en el tiempo y adecuado para la disciplina que ejercitan. Incluso en yeguas y sementales de cría, nuestro objetivo es que produzcan potros sin grandes defectos de conformación, y la mejor garantía para ello es que los padres sean correctos en este aspecto.
¿Pero que son “los aplomos”?
Naturalmente el aparato locomotor del caballo tiene las características ante todo de su especie, será un animal digitígrado monodáctil, que quiere decir que cada miembro apoya sobre la extremidad de un solo dedo. En segundo lugar de su raza, que ha sido seleccionada a través de los siglos por los criadores para responder mejor a aptitudes particulares; por ejemplo las razas de tiro pesado son braquimorfas, es decir los parámetros de anchura predominan sobre los de longitud mientras razas criadas para la velocidad son mas finos, largos, altos (dolicomorfos). Un ejemplo más especifico de la influencia de la raza sobre las características de los miembros es la diferencia entre un PRE y un P.S.I. en cuanto a la longitud relativa del radio (antebrazo) y metacarpo III (caña); los aires altos de la alta escuela son facilitados por un radio relativamente corto y en consecuencia una caña relativamente larga (proporción que puede incluso llegar a 1:1), mientras que la velocidad pura es facilitada por una extensión mayor, posible gracias a una relación longitud radio / caña más cercana a 2:1.
Finalmente existe la conformación individual de cada caballo aun perteneciendo a la misma raza, que en los caballos cruzados es el resultado de las características de razas diferentes. La variabilidad de la conformación individual depende, además de los antepasados (genética), también de factores ambientales que ejercen su influencia ya en el útero y que incluyen factores como alimentación, ejercicio, etc.
La descripción de los aplomos de un individuo en particular, es el estudio del alineamiento y de las relaciones de los segmentos esqueléticos de sus miembros, entre si y en relación con el cuerpo y el suelo.
La confusión de términos mencionada arriba, comienza con el mismo nombre de “aplomo” para describir la conformación de las extremidades.
Una cuerda con un plomo al final (plomada), usada en construcción, no es un instrumento muy útil para evaluar la conformación de un caballo porque sus miembros (sobre todo los pelvianos) no son columnas verticales, pero sobre todo porque un caballo, un miembro y cualquiera de sus segmentos tiene una orientación espacial en tres dimensiones o planos, de los que solamente dos se pueden juzgar con líneas imaginarias de "aplomo".
Cuando observamos un caballo de perfil vemos la orientación de sus miembros en el plano medio. Observándolo de frente o desde atrás nos revela la orientación de los mismos en el plano frontal o transverso.
Las desviaciones de los aplomos ideales tienen muchos nombres más o menos de costumbre y que pueden variar en el tiempo o entre regiones, y este es otro motivo de confusión, así pues, términos como “hueco de rodilla”, “zancajoso”, “embastellado” y ““corvo” no son ni muy objetivos ni, lo que es peor, de fácil comprensión universal.
En el plano medio, o sea visto de lado, los segmentos esqueléticos unidos por articulaciones presentan movimientos llamados de flexión y extensión (cerrar y abrir una articulación); cuando una articulación en el caballo (o potro), en reposo sobre sus cuatro extremidades, se extiende más de lo que se considera normal se trata de una hiper extensión de dicha articulación, cuando es menos de lo normal sería una hipo extensión. Estos defectos generalmente dependen de una contracción o flacidez de grupos músculo-tendinosos flexores.
En el plano Frontal o Transverso (observando desde delante o desde atrás al caballo) se pueden observar desviaciones de la dirección de un segmento, o del miembro entero, hacia fuera (desviación lateral), o hacia dentro (medial). Si se trata de un segmento respecto a otro se habla de una desviación angular que puede ser valgus ( el segmento por debajo de la desviación angular se desvía hacia fuera, lateralmente, o sea en forma de “X” si es bilateral) o varus (en forma de “O” si es bilateral).
El varus del corvejón predispone al esparaván.
En el plano Horizontal, mirando desde arriba hacia abajo, con el observador cerca del hombro o de la grupa del caballo, se juzgan bien las rotaciones, que pueden ser de todo el miembro o de un segmento de éste en relación con otro . Las rotaciones pueden ser hacia dentro (medial) o hacia fuera (lateral). Llamar estos últimos defectos “estevado” o “izquierdo” es simplista porque no explica a partir de donde hay rotación o cual es el segmento que ha rotado.
Naturalmente se pueden presentar, y frecuentemente se presentan, deformidades flexoras, desviaciones angulares y rotaciones en el mismo miembro.
Las consecuencias potenciales de los diferentes defectos de aplomo son varias, y dependen de su grado (moderado o acentuado), de su localización y del uso del caballo.
Por citar solo algunos ejemplos una hiper extensión cárpica (es decir la “rodilla” en el anterior plegada ligeramente hacia atrás), predispone a fracturas de los huesos carpianos en caballos de carreras; un varismo del corvejón a esparaván (artrosis intertársica), una rotación medial del dedo a partir del menudillo origina un movimiento lateral de la extremidad durante la fase de vuelo, entre dos apoyos (“campaneo”), movimiento penalizado en un caballo de doma clásica, etc.
El estuche córneo del casco se adapta en su forma a la conformación del miembro que sostiene y saber interpretar bien la forma asimétrica de un casco de un miembro con defectos de aplomo es importante en el herraje para evitar agravar aun más las tensiones y traumatismos articulares, ligamentosos y tendinosos, ya presentes en el caso de malos aplomos. Hay que tener presente que en el caballo adulto no se puede “corregir” un defecto de aplomo con el herraje, sino sólo secundarlo, la ocasión de corregir y prevenir se presenta sólo y únicamente durante la fase de mayor crecimiento del potro.
Para criar caballos bien conformados hay que emplear sementales y yeguas correctas y sin grandes defectos, siempre unido a cuidados y asistencia podológica durante el desarrollo de los potritos, sobre todo durante los seis primeros meses de vida.
Los cuidados de los aplomos en los potritos son importantes para evitar defectos de aplomo, permanentes en los caballos.
“Son los criadores de hoy los que harán el caballo de mañana”
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